Una pequeña ilusión romántica. Me gustaba alguien, quise decírselo pero no tuve el valor, así que edité diez libritos en donde se lo confesaba y se los entregaba a la gente con la idea de que algún día llegara a sus manos. Siempre le conté, al que se lo pasaba, esa historia real y me aconsejaban. Luego se pasó la pena y comencé a editarlo a modo de fanzine. Fue mi primer fanzine.









